Cuando la desobediencia es fidelidad

El mismo Dios que le proporcionó a Pablo la ciudadanía romana que le impidió una paliza es el mismo Dios que permitió que Pablo fuera apedreado por su propio pueblo, los judíos (Hechos 14:19). Dios usa tanto el sufrimiento como la liberación para difundir el evangelio a todos los pueblos y llevarlos a su reino eterno. En el próximo mundo, la respuesta es segura: Jesús los librará.