El mal del pecado obra para el bien de los piadosos (parte 2)
Nuestros propios pecados obrarán para bien. Esto debe entenderse con cuidado, cuando digo que los pecados de los piadosos obran para bien, no digo que haya el más mínimo bien en el pecado. El pecado es como veneno, que corrompe la sangre, infecta el corazón y que, sin un antídoto eficaz, acarrea la muerte.

