RESUMEN DEL SERMÓN
En 2 Samuel 13:1-19, leemos una historia de violencia dentro de una familia. Vemos violación, mentira, egoísmo y luego asesinato. La pregunta que queremos responder es ¿cómo redimir la violencia en el hogar? A partir de Santiago 4:1-4 haremos una aplicación a la violencia familiar.((Para un estudio exegético de este pasaje puede escuchar la predicación: «¿De dónde vienen las guerras y los pleitos?» De Pr. Javier Domínguez en https://youtu.be/A-5PH_-QyY0)) Cuando Santiago escribió esta carta eran tiempos de mucha violencia social, religiosa y familiar, lo cual originó la pregunta «¿De dónde vienen las guerras y los conflictos entre vosotros? ¿No vienen de vuestras pasiones que combaten en vuestros miembros?» (Santiago 4:1)
En este versículo vemos que el violento lo es porque no tiene paz en su propio corazón; y no tiene paz porque sus propias pasiones luchan por ser la primera en ser satisfechas. Santiago habla de tres frutos de la carne que conllevan violencia.
1. CODICIA
La codicia es el deseo intenso por algo o por alguien. Amnón codició a su hermana (2 Samuel 13:2), y su misma hermana le hace ver que él era un insensato, carente de sabiduría y pervertido. Él no amaba a Tamar, sino que codiciaba su virginidad (v.12), prueba de esto es que después de que su deseo fue satisfecho, la aborreció (v.13).
La codicia es una pasión que conlleva a la violencia cuando no es satisfecha, es un vicio de la naturaleza caída y un mal de la sociedad. Por codicia es que muchas familias enfrentan violencia entre ellos:
a) La traición y el divorcio (Malaquías 2:14-16)
Ellos acostumbraban a aborrecer y divorciarse de sus esposas para tener esposas más jóvenes. Dios a esto le llama violencia. Otros traicionaban a sus esposas por codiciar otras mujeres. Jesús afirmó que se adultera al ver con deseo (codicia) a otra mujer.
El malgasto de los bienes familiares (Ezequiel 22:12-13)
Por la usura, cobrar excesivos intereses y sobornos para operaciones ilegales, incluyendo asesinar, muchos han caído en defraudar y afectar a sus familias. Dios le llama violencia. Y el v. 2 dice que es por la codicia que ellos mataban. La palabra «violencia» aquí en hebreo su significado es «opresión o subyugar por la fuerza». Habla de un abuso del poder.
Por implicación, esto se refleja en las relaciones cuando uno de los cónyuges abusa de su poder en el hogar.
Santiago 4:2 afirma: «Codiciáis y no tenéis, por eso cometéis homicidio». Y luego menciona, «Sois envidiosos y no podéis obtener, por eso combatís y hacéis guerra».
2. ENVIDIA, CELOS
No solo implica envidiar lo que otro posee, sino también lo que el otro es. Esto lo podemos ver en Génesis 4:3-8. Ambos presentaron ofrenda; pero Dios no aceptó a Caín y su ofrenda, porque Dios mira primero al hombre, antes que su ofrenda. La diferencia fue el corazón de ellos. Caín trajo la mejor ofrenda que él podía dar; pero no trajo su corazón ante Dios, Abel sí.
Caín se enfureció contra Dios. Dios le ofreció salvación: «si haces bien…» (adoración, fe en Él) «serás enaltecido», es decir «elevado», cuyo sentido es «ser aceptable», «perdonado». Pero Caín no quiso. En lugar de él enseñorearse del pecado, el pecado terminó siendo su señor, y mató a Abel por celos.
¿Cuántos hermanos no tienen problemas por celos entre ellos? ¿Cuántos hijos sufren por celar el amor de sus padres en sus otros hermanos?
TODO ACTO que surge de todo esto… Dios, en la carta a Santiago, lo califica de violencia en la familia y sociedad. Dice en Santiago 3:16: «Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa».
Raquel estaba celosa de Lea y hubo violencia entre ellas. Los hermanos de José estaban celosos de él, y practicaron violencia. El pueblo murmuró contra Moisés por envidia (Salmos 106:16). Saúl tuvo envidia de David y lo quiso asesinar.
Algunos predican a Cristo por envidia y ambición egoísta (Filipenses 1:15). Por envidia, muchos desean poseer la prosperidad de los malos. Por envidia Jesús fue entregado a Pilato (Marcos 15:9-10). Por todo esto, Pablo llama «mundanos» a los celosos (1 Corintios 3:3).
3. EGOÍSMO
El egoísmo es amor y preocupación por uno mismo. Dice Santiago: «No tenéis, porque no pedís. 3 Pedís y no recibís, porque pedís con malos propósitos, para gastarlo en vuestros placeres».
Esto es lo que vemos en el caso de Amnón y Tamar (2 Samuel 13:12-14). Amnón no la escuchó, solo quería satisfacerse él mismo sin satisfacer el deseo de ella.
Así ocurre en las familias hoy:
- Por egoísmo muchos jóvenes menosprecian a los adultos mayores
- Por egoísmo los hijos no sirven a sus padres
- Por egoísmo los padres no instruyen y amonestan a sus hijos en el Señor
- Por egoísmo los padres son alcahuetes con los hijos.
- Diotrefes mostró su egoísmo al amar el ser primero en la iglesia (3 Juan 9); igual en un matrimonio: el esposo muestra su egoísmo cuando ignora a la esposa, no la honra como a vaso más frágil, sino que la avergüenza en privado y en público mostrándose él mismo como superior o más importante que ella. La esposa muestra su egoísmo cuando por cualquier excusa no bíblica no cumple su deber conyugal, o irrespeta al esposo porque se preocupa más por sí misma que por él.
La violencia familiar es un problema del corazón (leer Proverbios 24:1-2 y Mateo 15: 18-19).
IDEA CENTRAL DEL SERMÓN
Santiago nos enseña que el violento lo es porque hay guerra en su corazón. Mientras no haya paz en el corazón del hombre no habrá paz en la familia y la sociedad.
EL EVANGELIO: ¿CUÁL ES LA SOLUCIÓN DE DIOS CONTRA LA VIOLENCIA DEL HOMBRE?
La cruz: la sumisión de Jesús a la violencia de la cruz no solo demostró el perdón y el amor de Dios por sus escogidos, sino que, con esta muerte violenta, Jesús venció la violencia para siempre.
Ahora los hijos de Dios tienen el poder de amar, perdonar, servir, dar, alabar y honrar a su prójimo. Es por el amor de Dios en nosotros que podemos amarlo a Él y a los demás. En esto mostramos que somos hermanos e hijos de Dios.
Si la violencia es un problema de corazón, solo Cristo es tu salvador, redentor y santificador. LA REDENCIÓN DE LA VIOLENCIA FAMILIAR ES JESÚS. Solo Él puede cambiar el corazón, solo Él puede dar mayor gracia.
EL LLAMADO DE DIOS A TODOS NOSOTROS HOY:
Si usted ha sido o es violento, simple, insensato, pervertido:
1. Arrepiéntase y conviértase al Señor
Proverbios 3:32: «Porque el SEÑOR aborrece al perverso». Y también Salmos 11:5: «Jehová prueba al justo; Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece».
Por eso dice que Él los destruirá con su ira eterna. Pero, este Dios justo también es misericordioso, como lo dice Salmos 86:5: «Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador». Y Salmos 103:8: «Misericordioso y clemente es Jehová; lento para la ira, y grande en misericordia».
Crea en Jesús y será salvo. Pídale perdón, conviértase, abandone su violencia y ámelo todos los días de tu vida.
2. Pida perdón a los que ha ofendido y violentado (si puede, sino solo a Dios)
3. Sirva a los demás. Sirva a su cónyuge, sirva a sus hijos, sirva a sus nietos…
Hombres, traten a sus esposas como vaso más frágil, hónrelas públicamente, demuéstrenles su amor, no se avergüencen de hacerlo. Mujeres, respeten a sus esposos, honren a Dios honrando a sus esposos.
Si usted ha sido víctima:
1. Perdone – aunque no vuelva a confiar
2. Abrace su dignidad en el Señor
«13 Pues, ¿adónde iría yo con mi deshonra?…» A la cruz. Jesús le ama.
¿Ha vivido abuso, violación, menosprecio, divorcio, traición, adulterio, robo, mentira, difamación? Vaya a la cruz. ¿Ha practicado pornografía, fornicación? Vaya a la cruz.
Todas la cosas son hechas nuevas en Cristo, usted es una nueva criatura: en Jesús usted encuentra perdón, limpieza, dignidad, valor, segunda oportunidad, esperanza, seguridad y estabilidad para siempre.
PASAJES CITADOS EN EL SERMÓN
2 Samuel 13: 1-19; Santiago 4:1-4; Malaquías 2:14-16; Ezequiel 22:12-13; Santiago 3:16; Marcos 15:9-10; Proverbios 24:1-2; Mateo 15: 18-19.
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Sermón predicado el Domingo 20 de mayo de 2018 en la iglesia Gracia Sobre Gracia de San Salvador, El Salvador.
Fotografía por Unsplash