Por Felipe Amézquita
Es probable que hayas abierto este artículo porque el título quizás algo polémico. ¡Pero es la realidad!. Estamos invadidos por mensajes humanos positivistas que nos “decretan y declaran” mensajes de riquezas, viajes, materialismo, que todo lo que confiese se hace realidad a las buenas o a las malas y todo esto tenemos que basarlo en la pregunta: ¿Es la voluntad de Dios?
En mi pasado adolescente e inmaduro espiritual solía hacer junto con mi familia un poster o cuaderno de “sueños” para el nuevo año, allí pegaba figuras o imágenes de lo que “yo” quería, recuerdo tanto que estaban los recortes de cruceros, super autos, viajes a lugares lujosos, etc. Todo esto era porque estaba acostumbrado a una fe mal enseñada, y mal expuesta, que cuando llegaba el fin de año, ninguno de estos caprichos había sido respondido y caía en el dilema: “me falta fe”. Todo porque el crecimiento en el conocimiento de Dios, Su decreto, Su soberanía, Su plan redentor, el amor a Su palabra eran aspectos secundarios, quería un año donde Dios me respondiera mis caprichos y vanidades, pero no quería pensar un segundo en que Él podría decirme: ¡NO! A una de esas metas vanas.
¿QUÉ ESPERAR ESTE Y TODOS LOS AÑOS?
Referente al por qué el titulo apunta a las aflicciones y tribulaciones, hay bases fuertes partiendo de las Escrituras y a las cuales todo creyente que comprende y quiere sujetarse para vivir y entender a la soberanía de Dios:
- 1 Timoteo 6:12 (NBLH) “Pelea la buena batalla de la fe. Echa mano de la vida eterna a la cual fuiste llamado, y de la que hiciste buena profesión en presencia de muchos testigos”. Acá Pablo no le dice a Timoteo que tener fe es sencillo y que todo lo que diga se hará de inmediato, se trata de un πόλεμος (polemos) que traducido es una guerra, batalla, lucha; y para completar, la fe progresa con el deseo de querer la vida eterna. Amado lector, cada día es una buena batalla de la fe en la que debemos sujetarnos más al Señor y aferrarnos a Su perfecta voluntad y a sus tiempos (Salmos 33:22)
- Juan 16:33 (NBLH) “Estas cosas les he hablado para que en Mí tengan paz. En el mundo tienen tribulación; pero confíen, Yo he vencido al mundo.”. Jesús es conciso y el verbo aquí está en presente, así es, hoy todos tenemos una tribulación y una aflicción y por eso mismo la batalla diaria de la fe debe ser ganada porque el mismo Verbo hecho carne lo promete: “he vencido al mundo”. En el texto original el verbo Vencer (νικάω – nikao), también significa salir victorioso, ganar el veredicto.[1] ¡Qué gran verdad y esperanza tenemos en saber que el creador de todo ya venció! Y estamos preocupados porque nuestros caprichos momentáneos se hagan realidad.
¿QUÉ HACER CADA AÑO?
Eso depende de cuan necio quieras ser con Dios (Salmos 53:1), pero esa necedad ya previamente las Escrituras nos indicaron como debemos enfrentarla.
Una de las mejores respuestas para el “¿qué hacer?” está en el Salmo 37 en los versículos 4 y 5.
“Pon tu delicia en el Señor, Y Él te dará las peticiones de tu corazón. Encomienda al Señor tu camino, Confía en Él, que Él actuará”
“Poner delicia” o “deleitarse” en el idioma original es igual a disfrutar, gozar, desear; he ahí la respuesta: más de Dios, menos de nosotros (Efesios 4:15) y de esta manera Él estará poniendo sus palabras (Salmos 139:4) y deseos habiendo sido por decirlo así filtrados por Su perfección. Y posteriormente es entregar todo de nosotros ante Su voluntad y Él actuará de una manera que nunca añade tristeza (Proverbios 10:22)
Concluyo diciendo que debemos dejar a un lado muchas esperanzas en nuestras metas y caprichos y solo descansar en como dijo Spurgeon: “La almohada” refiriéndose a la soberanía y autoridad de Dios.
[1] Tuggy, A. E. (2003). Lexico griego-español del Nuevo Testamento (p. 645). El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano.
Fotografía por en Unsplash
Buen punto mi hermano.
Dios le bendiga grandemente.
Gracias hermano, la Gloria es de DIOS y recuerda tomar cada día como bueno en el desarrollo de tu fe y acercamiento al Señor