Estudiemos Colosenses (Parte 16)
Hemos llegado al final de la carta, donde Pablo menciona a algunas personas importantes en su ministerio en ese momento, y da instrucciones claras.
Hemos llegado al final de la carta, donde Pablo menciona a algunas personas importantes en su ministerio en ese momento, y da instrucciones claras.
Los miembros de la nueva sociedad trabajan para la gloria de Dios, sabiendo que, al hacerlo, están reservando una recompensa eterna. Nuestro servicio a la empresa o lugar donde trabajemos es, en una instancia más profunda, un trabajo para el Señor. En este mundo, nuestros amos o jefes pudieran incluso hacernos injusticia al no respetar nuestros derechos, pero debemos tener en cuenta la gran recompensa que tenemos en los cielos y saber que la venganza, en todo caso, es del Señor.
Como en 1 Cor. 10:31, el gran propósito de esta nueva humanidad que ha sido creada a imagen de Cristo y que se va renovando hasta el conocimiento pleno, dejando las cosas terrenales y vistiéndose de virtudes cristianas, es glorificar al padre por medio de Cristo.
La preocupación principal del apóstol Pabloera que los creyentes en Colosas comprendieran que ellos estaban completos en Cristo y que nada deben agregar al perfecto sacrificio que el Señor ya efectuó en la cruz.
Una vida cristocéntrica es aquella en la que todo lo que se hace apunta a la gloria de Cristo. Y si somos sinceros, esta es la única manera en la que los creyentes debemos vivir, ya que nosotros hemos muerto, y nuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
La iglesia cristocéntrica tiene como fin dos cosas: conocer y glorificar a Cristo Jesús. Ambas cosas están relacionadas y son interdependientes: una iglesia que no conoce a Cristo es una iglesia que no puede glorificarle, y una iglesia que no glorifica a Cristo es una iglesia que evidentemente no le conoce.
Si el apóstol Pablo tenía una pasión en su vida, ésta era la de anunciar a Cristo a todas las personas que tenía oportunidad. Era tal su pasión por predicar el evangelio de Cristo, que en una ocasión escribió: “¡Ay de mí si no anunciara el evangelio!” (1 Cor. 9:16)
El evangelio es sin duda el corazón del cristianismo bíblico. Digo cristianismo bíblico, porque hay muchos otros tipos de cristianismo, y muchos tipos de evangelio, los cuales no salvan.
El evangelio es sin duda el corazón del cristianismo bíblico. Digo cristianismo bíblico, porque hay muchos otros tipos de cristianismo, y muchos tipos de evangelio, los cuales no salvan.
La Biblia describe a la Iglesia de Cristo como Su cuerpo, una metáfora muy conocida. Esto nos da la idea de que Cristo continúa cumpliendo el propósito de Dios a través de la iglesia.
Luego de hablar sobre los efectos que el evangelio de Cristo había tenido en los colosenses (1:3-8), de rogar que Dios les diera lo necesario para vivir una vida digna de Cristo (1:9-12), y de destacar la redención que los creyentes tienen en Cristo (1:13-14), Pablo pasa a describir en términos maravillosos a ese Cristo que es el objeto de la fe de los colosenses, y de la nuestra (1:15-20).
En esta entrada veremos dos maneras excelentes en las que Pablo ejemplifica la redención que Cristo ha efectuado a nuestro favor.