Por Esteban Rojas
“La noción de un Dios airado les parece repulsiva a muchos hoy, aunque la gente moderna aceptaría ampliamente que estar apasionado por la búsqueda de la justicia que implica una ira legítima”. Timothy Keller
Hace unos días en un periódico en línea leí una terrible noticia que conmovió mi corazón, un adulto había violado a una niña de un año y ocho meses. Después de leer la noticia dediqué unos minutos a leer los comentarios de los lectores, y les puedo asegurar que todos a una voz clamaban para que todo el peso de la ley cayera sobre el agresor.
Si quisiéramos explicar esta reacción con un vocabulario más religioso, podríamos decir que los lectores esperaban que la ira legítima de la justicia se derrame sobre el ofensor. La ira de Dios es equiparable a la necesidad de justicia cuando alguien ha sido violentado de forma injusta. Todos los seres humanos son culpables y pecadores (Ro. 3:23), se han rebelado en contra Dios, han usurpado violentamente su gloria; por ende Dios como juez y ofendido debe dictar la sentencia del infierno y el castigo eterno sobre ellos. Pero por más que parezca contradictorio, su ira es necesaria para entender su amor, disfrutar de su gozo y experimentar la paz.
“No podremos comprender el amor de Dios hasta que entendamos la realidad de Su ira”. John Lin
El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él. Juan 3:36 LBLA
Juan utiliza la palabra ὀργὴ orgē, para definir ira. Esta palabra tiene dos aspectos importantes, un estado estático y un estado gradual que se incrementa poco a poco.
1. La Ira en su forma estática e histórica
Hendriksen traduce ὀργή (orgē) como una “indignación permanente o fija” . En su forma estática podríamos decir que la Ira de Dios es un estado permanente de juicio por el pecado. Muy diferente a la ira humana que es impulsiva, emocional, parcializada y caprichosa.
J.I.Parker dice:
“En la Biblia la ira de Dios nunca es caprichosa, autoindulgente, irritable, o moralmente innoble, cosa que es muy común en la ira humana. Más bien es una reacción correcta y necesaria hacia el mal moral”.
No debemos equiparar la ira de Dios con la humana, ya que en la creatura la ira involucra un sentimiento explosivo e impredecible. Esta ira es histórica porque está presente de forma activa en la historia. Si leemos Romanos 1:18-32, vamos anotar como la Ira de Dios se revela hoy en día, por medio del decaimiento moral de la sociedad. Dios deja al ser humano a su suerte moral, por ende su caída es en picada y sin restricciones a una vida inmoral, depravada y desastrosa.
2. La ira en su forma gradual y escatológica
La palabra ὀργή (orgē) viene de un verbo que significa hincharse, es por eso que el pecador no arrepentido; va gradualmente acumulando más y más ira para el día juicio final, en un sentido escatológico Mas por causa de tu terquedad y de tu corazón no arrepentido, estás acumulando ira para ti en el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras:
Romanos 2:5-6 LBLA
Mientras el pecador no arrepentido no sea investido por la justicia de Cristo, su maldad irá acumulando cargos para la sentencia final, donde todo el furor y el castigo de Dios serán derramados sobre Él.
3. El escape de su ira
“El mayor peligro que enfrenta cada personas en cada grupo étnico, en cada lugar de la tierra, en cada momento de la historia es la justo ira de Dios contra los pecadores culpables llevándolos a un sufrimiento eterno, a menos que Dios mismo nos rescate de su propio juicio”. John Piper.
Debemos afirmar pavorosamente que el peligro más grande que enfrentan los seres humanos no es una enfermedad, no es la pérdida del trabajo, ni siquiera la pérdida de un hijo; el peligro más grande es enfrentarse cara a cara con Dios sin que su ira haya sido removida. El pecado siempre debe ser pagado, no hay escapatoria; o lo pagas tú en el infierno o lo paga alguien más. Y ese “alguien más” solo puede ser Dios mismo, en Cristo. Toda la ira y el furor de la condena deben ser descargados en Jesucristo, para que nosotros pudiéramos ser declarados justos aun siendo culpables.
Es por eso que Isaías 53:5, 10-11 dice:
Pero él fue traspasado por nuestras rebeliones y aplastado por nuestros pecados. Fue golpeado para que nosotros estuviéramos en paz; fue azotado para que pudiéramos ser sanados. Formaba parte del buen plan del Señor aplastarlo y causarle dolor. Sin embargo, cuando su vida sea entregada en ofrenda por el pecado, tendrá muchos descendientes. Disfrutará de una larga vida, y en sus manos el buen plan del Señor prosperará. Cuando vea todo lo que se logró mediante su angustia, quedará satisfecho. Y a causa de lo que sufrió, mi siervo justo hará posible que muchos sean contados entre los justos, porque él cargará con todos los pecados de ellos.
Solo Cristo puede absorber y remover la ira de Dios, siendo la propiciación por los pecados de su pueblo, para que ahora a una voz alabemos a Dios diciendo:
Romanos 5:9RVR60 :
“Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. “Negar la ira de Dios sobre el pecado no solo nos priva de una visión completa sobre la santidad y la justicia de Dios, sino además puede hacer menguar nuestro asombro, amor y alabanza ante lo que Jesús soportó por nosotros”.