Por Isa Arenas
A mis nueve años en edad inicié con una dieta en donde eliminé completamente un tiempo de comida diario, conforme esta “dieta” avanzaba, comencé a notar que mi cuerpo se hacía más delgado tal como yo esperaba y conforme avanzaba el tiempo el miedo por ganar peso se hacía intenso y estaba haciendo sencillo privarme de alimentos o tiempos completos de comida. Esta terrible distorsión con mi alimentación entró por la puerta de una “dieta controlada” en donde yo decidía qué y cuándo comer, yo pensaba que estaba teniendo un equilibrio entre mi alimentación y mi peso, sin duda, que equivocada estaba.
Mi deseo por controlar mi peso
Hoy tengo 32 años y mi lucha con la comida y mi peso persisten, el querer que mi peso sea como yo quiero es siempre es difícil porque ¿cuál es el peso perfecto? ¿cuándo estaré satisfecha con él?; en algunas ocasiones es frustrante no poder comer algo solo porque sé que contiene muchas calorías que “no valen la pena” o evaluar todos los alimentos pensando cuál es mejor comer y cual no; este deseo por querer controlar mi peso no es placentero y constantemente me hace preguntarme ¿en realidad estoy controlando mi peso o mi peso me está controlando a mí? ¿realmente confío en que Dios gobierna todo, incluyendo mi peso? 1 Corintios 2:10-11.
El pensamiento de anhelar tener peso perfecto a costa de dejar de comer nos puede hacer pensar en que cuando hacemos una “dieta” o decidimos dejar de comer estamos haciendo un buen trabajo y que todo lo tenemos bajo control; este ciclo repetitivo nunca será suficiente para si nuestra suficiencia no está primeramente en Cristo (Colosenses 2:8-10).
¿El dejar de comer es algo que gobierna tu vida? ¿Crees que tu valor está en el hecho de que peses poco?
Tu peso no es tu identidad
Mi peso no es nuestra identidad y necesitamos a Cristo en todo tiempo, cuando tu miedo al rechazo es causado por el factor de ganar peso ¿por qué es tan importante el hecho de querer perfección en tu peso? ¿por qué es difícil disfrutar de los alimentos que Dios ha dispuesto para nosotros? En buena medida se debe a que deseamos ser el centro de esta situación, no importa lo que cueste debo verme “perfecta” y si dejáramos de vernos a nosotras mismas para ver a Cristo podríamos disfrutar de la hermosa de verdad de que somos de Él y esta verdad debiese gobernarnos y fortalecer nuestra identidad 1 Corintios 6:20; el sentirnos rechazadas o aceptadas por nuestro peso no debe angustiarnos; esto que hoy nos preocupa no tendrá ningún valor en la vida venidera.
Abracemos la verdad de que Cristo murió por ti y por mí y no por quiénes somos ni mucho menos por cómo nos vemos frente al espejo, Él murió porque nos ama y eso querida hermana, es lo que debe motivarnos y moldearnos, está bien que quieras cuidar de tu salud, de tu cuerpo y de tu peso, pero recuerda que no eres tú peso.
Verdades que he aprendido a cerca mi peso
1. Somos hermosas por el simple hecho de fuimos creadas a su imagen – Génesis 1:26-27.
2. Somos aceptadas por gracia; no importa nuestro físico, esto incluye nuestro peso – Romanos 5:9
3. Somos perdonadas aun después de nuestro pecado – Romanos 8:1-4, Efesios 1:7.
4. La comida es necesaria; Dios nos diseñó para que podamos disfrutarla – Génesis 1:27-31
5. Debemos cuidar nuestro cuerpo, no idolatrarlo – 1 Corintios 10:14
Hermanas, después de tantos años de luchar con este pecado del control hay muchas cosas que físicamente con mi cuerpo no están bien, pero veo la cruz de Cristo y veo su intercesión con Dios por nosotros, me recordar que no merecemos nada sin embargo, Él nos provee alimento, no merecemos nada y aun así cuida de nosotros, Él tiene control de tu peso, no te afanes y no busques la perfección busca a Cristo y todos tus deseos serán saciados, busca al Dios vivo y coloca tu mirada en Él.