Discernimiento y Daniel Habif
Por Juan Callejas
Un video con más de 377 mil vistas en YouTube no es fácil de ignorar. Recordé inmediatamente el video de Jeff Bethke donde manifestaba su odio por la religión y a la vez, afirmaba su amor por Jesús.
Vivimos en una época sumamente convulsionada en donde el entorno y ethos cultural del cuestionamiento y desprecio por la autoridad como fin en sí mismo. Se nos exige tolerancia y a la vez, se es intolerante a quien asume posiciones e ideas claras y firmes, especialmente si estas son de carácter religioso y más aún, si son ideas cristianas. Dentro del mismo cristianismo, particularmente el evangélico, existe un ambiente que se resiste a la idea de iglesia y comunidad, a la idea de doctrina y ortodoxia, a la idea de teología y pensamiento crítico, y se busca sustituir por una especie de religión individualista, privada, “tolerante” y sostenida por los sentimientos más que por la razón.
Es en ese contexto donde nos encontramos con este impactante video de poco más de 9 minutos de Daniel Habif, un joven que se define a sí mismo como: provocador profesional, conferencista motivacional, creador de contenidos, emprendedor y líder del movimiento #inquebrantables.
Este video, titulado: “Los Religiosos” es una fuerte crítica a lo que pareciera ser la religión organizada y la iglesia, particularmente, la iglesia cristiana evangélica.
El video inicia con estas palabras: “Oye Daniel, ¿qué religión eres? Uff…soy de los que ama a todos…de los que busca no juzgar a nadie…de los que perdonan todo y de los que sirven a los demás.” Palabras ciertamente poderosas que enganchan a cualquiera al resto del mensaje que comunica de manera muy apasionada, elocuente y bien lograda.
La voz de Daniel Habif, para la cultura cristiana evangélica actual, es una voz que hasta cierto punto creo que es necesaria. Se necesita provocar y desafiar a una cultura evangélica que ha perdido el rumbo y se ha acomodado con su supuesta influencia política en países como Guatemala, el pernicioso mensaje de la teología de la prosperidad y que pareciera estar ok con sustituir el mensaje del Evangelio con mensajes de liderazgo, superación personal y ser “culturalmente relevantes”.
Sin embargo, en ese discurso apasionado, Daniel Habif se pierde con un tono arrogante y moralista, presentándose como héroe al mismo tiempo que pasa encima de siglos de iglesia, mensaje, doctrina y tradición cristiana.
Cuando critica a “los religiosos”, expresa un pensamiento moralista al decir: “Yo sueño con ganarme ese título en verdad, representarlo a plenitud, vivirlo en veracidad, y solamente al final voy a saber si lo hice bien o lo hice mal…”. Una idea noble, sin duda, pero centrada en la persona, sin ofrecer gracia al que va en el camino y sin la confianza en la obra y vida de justicia completa de Jesús que nos ha sido imputada a nuestro favor. Al desmarcarse de la comunidad de fe, de la iglesia imperfecta a la que critica, destruye la posibilidad de vivir el mensaje que predica, un mensaje que es, por definición, comunitario más que individualista….un mensaje que es de hermanos, no de locos solitarios. Pareciera ser que aquí, Daniel olvidó el precio que pagaron los millones de cristianos antes de él que sí dieron sus vidas para que él ahora pueda criticar así a su propia familia.
Daniel le dice al religioso: “…cuando me juzgas a mí…en realidad, te condenas a tí…”. Pregunto, ¿no hace lo mismo él entonces?
En medio de todo, hay pasajes más iluminados en donde Daniel expresa sus imperfecciones y luchas, algo que como cristianos debemos aprender a hacer todos con humildad y corazón quebrantado…no como bandera arrogante para seguir desmarcándome de la comunidad a la que fui llamado como cristiano, de la iglesia.
Quizás lo más doloroso de lo que pudo haber sido un gran mensaje, y honestamente, donde me perdió a mí es cuando, justo luego de llamar a un estudio más diligente y profundo de las Escrituras, hace de menos su suficiencia y autoridad al decir: “Citar un versículo y solamente pegar de gritos de que: ‘LA BIBLIA DICE’ les prometo que no siempre será efectivo; decirle al mundo que según Juan, Marco, Pedro no va a ser suficiente. ¡TU!…Debes de ser la biblia VIVA de los que no la leen.” Lástima…coronar el llamado a profundizar en las Escrituras con más legalismo y olvidar que ninguno de nosotros puede ser la biblia viva…solamente hay uno que es, en Sí mismo, la Palabra encarnada…el Logos, el Verbo….Jesús (Juan 1).
Pareciera inclinarse -aunque no quisiera creerlo y espero que no sea así- por una concepción universalista de Dios cuando dice: “Dios es Dios de todos y de todo, no solo de los “cristianos” o de los judíos, y yo no creo que Él sea muy fan de los religiosos, cuando los religiosos fueron los que pusieron a su hijo en un madero.” Olvida Daniel que Dios, en Jesús, los perdonó (Lucas 23:34), y lo que Jesús hizo con religiosos como el Apóstol Pablo, San Agustín, Martín Lutero e incontables otro más.
Admiro la pasión de Daniel Habif, pero debemos siempre tener el discernimiento para actuar también con nuestra mente y no solo con el corazón. Dios nos ha dado todas estas facultades para hacernos partícipes de Su obra y propósitos en esta Tierra. Que nuestro sueño por una iglesia renovada, reformada y diferente no nos aleje de la iglesia que hoy nos necesita. No hagamos leña el árbol caído y trabajemos con fe con lo que Dios nos ha dado.
Tengamos en mente las sabias palabras de Dietrich Bonhoeffer:
“Aquel que ama más su sueño de una comunidad cristiana que a la comunidad cristiana misma, se convierte en destructor de toda comunidad cristiana, por más honestas, serias y abnegadas que sean sus intenciones personales.
Dios odia los ensueños; porque nos hacen orgullosos y pretensiosos.
El que construye la quimera de una comunidad ideal exige a Dios, al prójimo y a sí mismo su realización.
Entra en la comunidad de los cristianos con pretensiones de exigir, establece su propia ley y juzga por ella a los hermanos y a Dios mismo…”
Que Dios bendiga y use poderosamente la vida de Daniel Habif. Que Daniel pueda encontrar una iglesia en donde pueda plantarse, echar raíz, ser discipulado y aprender a amar con la pasión que dice que lo hace, a las personas con quien Dios lo plante, y así, pueda dar testimonio de que es seguidor de Jesús…por el amor que tiene por sus hermanos, aún por los religiosos.
Al final de cuentas, estamos llamados a comunicar lo que Daniel, en este video, no comunicó…algo que Martín Lutero llamó “…el tesoro sacrosanto de la Iglesia…”, el Evangelio…el perdón de pecados y la esperanza de vida eterna con Dios gracias al sacrificio de Jesús en la Cruz.
Artículo escrito originalmente en Discusión Inteligente. Puedes consultarlo aquí.
Leí todo su texto, solo puedo pensar en una palabra para definirlo, ADMIRACIÓN…
Soy una mujer del mundo, cristiana de corazón pero perdida en el camino.
Tan solo leí cada palabra y note cuanta sabiduria le ha brindado Dios, ojala algún día yo pueda ser usada como herramienta de Jesús como usted.
Bendiciones, con respeto Daniela C.