Por Salime Wheaterford
¿Puedes cumplir todo esto perfectamente?
Respuesta: No, porque por naturaleza estoy inclinado a aborrecer a Dios y a mi prójimo.
Lee: Rom. 3:10, 20, 23; 1 Juan 1:8, 10., Rom. 8:7; Efes. 2:3; Tito 3:3; Gen. 6:5, Gén. 8:21; Jer. 17:9; Rom. 7:23.
Hoy en día, hablar de pecado te lleva a ser impopular. Preferimos hablar de autoestima y vivimos en un mundo que prefiere la relatividad; así que hemos cambiado el nombre de pecado y le hemos dado una definición médica donde todos somos simplemente víctimas, espectadoras sin responsabilidad. Hoy en día, lo que necesitas es medicina, no un Salvador; no a Jesús. (NO estoy diciendo que la salud mental es algo ficticio, sino que muchas veces buscamos formas de evitar confrontar nuestro pecado y preferimos afirmar ser víctimas de una enfermedad. Como ejemplo, ve los tribunales en donde es común que un asesino se declare loco a fin de evitar el castigo que merece). Sea como sea, hablar del pecado es muy impopular. Pero la Biblia es clara. El pecado o la hamartiología es una doctrina que está presente a lo largo de las Escrituras. Es de suma importancia que lo estudiemos y que lo entendamos, porque si no lo entendemos, seguramente rechazaremos nuestra necesidad de la gracia de Dios en Jesús.
La Biblia es tan clara en cuanto a la existencia del pecado en nuestras vidas, que usa al menos 8 términos diferentes para señalar esta realidad en el Antiguo Testamento (“ra, mal(Génesis 38: 7); rasha, maldad (Exodo 2:13) ; asham, culpa (Oseas 4:15); chata, pecado (Éxodo 20:20); avon, iniquidad (I Samuel 3:13); shagag, error o falta (Isaías 28: 7); taah, vaga (Ezequiel 48: 11); pasha, rebelde (1 Reyes 8:50)); y 12 en el Nuevo Testamento (Kakos, malo (Romanos 13: 3); poneros, mal (Mateo 5:45); asebes, impíos (Romanos 1:18); enochos, culpa (Mateo 5:21); hamartia, pecado (I Corintios 6:18 ); adikia, injusticia (1 Corintios 6: 9); anomos, desobediencia (1 Timoteo 1: 9); parabates, transgresión (Romanos 5:14); agnoein, ser ignorante (Romanos 1:13); planan, estar extraviados (I Corintios 6: 9); paraptomai, alejarse (Gálatas 6: 1), y hupocritos, hipócritas (I Timoteo 4: 2). Cada uno de estos términos se repite muchas veces a lo largo de las Escrituras y esto es clara indicación de que el pecado es algo a lo que debemos prestar atención pues es algo grave.
Bueno pues, ¿qué significa pecado? Pecado un término usado en tiro con arco y significa “fallarle a la marca, fallarle al centro”. Pecado pues significa fallarle o no darle al centro de la norma de santidad que Dios tiene para nuestras vidas. Dios es santo y él requiere que seamos santos. Así que Él nos dio Su norma para nuestras vidas en lo que llamamos “La Ley”. Necesitamos usar este estándar Santo porque si usáramos lo que es popular, lo que es bueno para mí, aunque no lo sea para ti, viviríamos en el caos. ¿Qué pasa si de acuerdo a mi norma robar está bien? Yo quiero tu propiedad y simplemente me la vuelo. ¿Estarías de acuerdo? O que tal si tomamos la moral normativa de alguien. ¿Quién es el estándar? ¿Hitler? ¿La Madre Teresa? ¿Quién elige el estándar? ¿Y porque tu? No. Debemos tomar el estándar De Dios no solo porque somos Su creación, sino también porque Él es santo e inmutable (no cambia).
De acuerdo con la norma perfecta de Dios, cada pecado tiene una consecuencia. Todo pecado nos separa de Dios. Muchas me van a decir, ¡pero yo no he pecado! ¡No soy una pecadora! Leamos a los 10 Mandamientos. Vayamos al noveno mandamiento: “No darás falso testimonio contra tu prójimo” (Ex. 20:16). ¿Alguna vez le has dicho una mentira a un ser humano? No importa si era una pequeña mentira piadosa. ¿Alguna vez has mentido? Bueno, según Dios mereces un castigo: la muerte. “Porque la paga del pecado es muerte …” (Ro.6: 23). No le diste al centro del estándar de Dios. Fallaste. Has pecado y seguirás pecando porque eres una pecadora. ¿Ves? ¿Entiendes como pecas y pecas?
Debería dejar que esto te siembre pues en las próximas semanas estudiaremos la gracia de Dios, pero quiero que sepas que cuando entiendes tu pecado y sus consecuencias entiendes tu necesidad de una salida. Y la hay. Tenemos un Dios misericordioso. Veremos esta realidad una y otra vez a medida que avancemos en el Catecismo de Heidelberg.
Dios en Su asombrosa gracia no nos dio únicamente La Ley y las consecuencias de desobedecerla. Dentro de la ley, nos dio gracia. La gracia en el Antiguo Testamento era a través de sacrificios de animales, de ofrendas quemadas que le permitían al pecador restaurar su relación con Dios temporalmente (hasta que pecara de nuevo). Si alguien tomaba La Ley De Dios y su pecado seriamente, habría estado quemando estas ofrendas constantemente. Pero estas ofrendas tienen como propósito de mostrarnos una gran promesa que Dios había dado en cuanto el pecado entró en el mundo; Jesús, el único sacrificio perfecto. Jesús vino a demostrar que Dios nos amó tanto que nos proporciona el perdón permanente a través de la fe en Cristo. Y no solo eso sino que en Cristo nos permite odiar nuestro pecado y ser transformadas a través de del Espíritu Santo que vive en nosotras.
El entender la santidad De Dios, nuestro pecado y las consecuencias de nuestro pecado a través de la revelación De Dios en la Biblia, somos conscientes de nuestra miseria, de nuestro pecado. Pero también entendemos que por gracia de Dios, a través de fe en Jesucristo, para gloria de Dios, obtenemos el perdón y la transformación para que nuestra inclinación se convierta en esperanza para gloria de Dios.
Ahora que entiendes tu pecado, quiero pedirle a su hermana que tomes papel y lápiz y que escribas tus pecados, listalos … todos ellos. Y cuando hayas terminado, quiero que ores en arrepentimiento buscando perdón De Dios. Y quiero que recibas con gozo y seguridad, el perdón tus pecados a través de Jesús y vivas tu hoy sabiendo que eres deseada, amada y perdonada. Jesús es nuestra única esperanza cuando nos enfrentamos a nuestro pecado. Espero que este estudio refresque tu alma.