Por Diego Portillo
Razones para estudiar esta carta
A lo largo de los últimos cinco o seis meses, he estado estudiando constantemente la carta del apóstol Pablo a los Colosenses. Mi interés en ella ha sido producido por un curso de predicación expositiva que mi pastor impartió en nuestra iglesia, y realmente ha sido una tarea muy gratificante, ya que mi entendimiento de la superioridad de Cristo, su obra en la cruz, el evangelio y la nueva vida han sido fortalecidos sobremanera.
Por tanto, durante las siguientes semanas me propongo escribir artículos cortos que nos lleven a un mejor entendimiento de lo que esta carta enseña. Será algo así como un estudio versículo a versículo, aunque reconozco mis limitaciones respecto a ello. Acepto que no tengo estudios teológicos formales, y que si alguien quiere estudiar en profundidad esta carta, hay tomos gigantescos que podría consultar. Con todo, creo entender la responsabilidad que un estudio de esta naturaleza implica, y quiero hacer mi parte para que cualquier lector de los artículos pueda comprender esta maravillosa carta de una mejor manera, manteniéndolo fiel y conciso.
¿POR QUÉ DEBEMOS ESTUDIAR COLOSENSES EN EL SIGLO XXI?
Hay muchas razones por las que deberíamos hacerlo. Entre ellas, quiero mencionar cinco razones importantes que he descubierto mientras contrasto la cultura de nuestros días con las enseñanzas de esta epístola.
- Colosenses nos presenta claramente quién es Cristo.
Nuestra cultura es vista por muchos como una cultura cristiana. Los medios de comunicación hablan constantemente sobre Jesús, pero la imagen que nos presentan está muy alejada de la realidad bíblica, tanto que puede llevar incluso a los creyentes a descuidar su lectura de la Biblia como el medio más fiel para conocer a Cristo. Especialmente, la enseñanza de Col. 1:15-20 puede darnos mucha luz sobre la verdadera identidad del Cristo al que adoramos, aunque la supremacía de nuestro Señor está esparcida por toda la carta como un tema constante y principal.
- Estamos rodeados de grupos religiosos que niegan varios aspectos de la persona del Señor Jesucristo.
Recuerdo muy bien estar parado en la puerta de mi casa junto a dos personas que me traían las “buenas nuevas”. Mi pregunta clara fue: ¿predican ustedes a Cristo? Y la respuesta de la amable señora fue: Sí, aunque de una manera un tanto diferente; recuerde que solo Jehová es digno de ser alabado. Jesucristo es una gran persona, a la cual deberíamos imitar, pero no es Dios. ¡Momento! A lo largo de Colosenses encontraremos afirmaciones que claramente hablan de la divinidad del Señor. Cristo no es un personaje barato digno de admiración; Cristo es Dios, es el Señor de toda la creación (1:15-19; 2:9)
- Cristo es el único mediador entre Dios y la humanidad caída.
En un desesperado intento por acercarse a Dios de manera equivocada, el hombre ha creado la errónea idea de que todos tenemos un ángel de la guarda, y que mediante él debemos orar. Otras personas se han dado de lleno a la idolatría, venerando imágenes y atribuyéndoles milagros. Sin embargo, Colosenses es claro respecto al lugar que únicamente le corresponde a Cristo; no hay nadie más que pueda abogar por nosotros al Padre (1:20-22; 2:13-15, 18-19).
- En la iglesia actual hay lugar para la tolerancia a los pecados “pequeños”.
Uno de los más grandes errores en los que hemos caído es clasificar los pecados como más o menos grandes, más o menos ofensivos a la santidad de Dios, más o menos tolerables dentro de la iglesia. Sin embargo, Colosenses es muy claro al darnos una lista de pecados que parecen pequeños pero son igualmente pecados que debemos combatir para evitar afrentar la absoluta santidad de nuestro Dios (3:8-9).
- Colosenses es la Palabra de Dios.
Casi puedo asegurar, aunque no es lo que espero, que estos artículos serán algunos de los menos leídos dentro de este blog. He visto el desinterés en la Biblia, aun por parte de creyentes. Nos gusta todo, menos leer, comprender, y aplicar la palabra de Dios a nuestras vidas. Sin embargo, para que la iglesia sea saludable, la palabra de Cristo debe abundar en nosotros tanto en la enseñanza, el discipulado y la adoración (3:16).
Estas y muchas más razones me impulsan a estudiar Colosenses, y ¿qué mejor que acompañado de más hermanos a lo largo de América Latina? Acompáñanos durante las siguientes semanas, y examinemos esta corta pero importantísima epístola, con el objetivo de crecer en nuestro entendimiento de Cristo, su obra en la cruz, el evangelio, y la vida cristiana. Mi oración es que Cristo sea exaltado al lugar que realmente le corresponde: la preeminencia absoluta en todo (1.18).
¡Dios te bendiga!