Se supone que los cristianos deben tener un impacto en el mundo en el que vivimos. Al igual que los seguidores de Jesús en Hechos 17:6-7, los seguidores actuales de Jesús deberían de poner el mundo al revés. Sin embargo, cuando pensamos en poner el mundo al revés para Jesús, a menudo pensamos que debemos vivir vidas “radicales”. Es decir, tenemos que vender nuestro Chevrolet, renunciar a las películas, y trasladarse a la selva boliviana con el fin de involucrarse con los pueblos nómadas que nunca han escuchado el evangelio. Esa es la verdadera manera en la que hacemos un gran impacto.
Tony Mérida tiene una perspectiva diferente. En su libro: Ordinario: Cómo poner el mundo al revés, Tony llama a los cristianos a una nueva normalidad: “La mayoría del ministerio del evangelio involucra gente común haciendo cosas ordinarias con intencionalidad de evangelio” (9). Si podemos entender esto, entonces podríamos ver un “movimiento común” que involucra cristianos comunes, no sólo ‘súper cristianos” que viven en misión en los ritmos de la vida cotidiana”.
Él llama a que los cristianos simplemente se preocupen por lo que a Dios le importa. Mirando de cerca el libro de Job, Tony despliega cuatro categorías cruciales para nuestro testimonio: el apoyo, la hospitalidad, el ministerio del huérfano y el amor al prójimo. Practicar los principios que se encuentran en estas categorías es parte de lo que significa ser un cristiano “común”.
Vivir la vida cristiana común
Amar al prójimo
La vida cristiana común se parece al amor por el prójimo (Mateo 22: 34-40). La cuestión no es que tan famoso es usted, pero sí a que usted se preocupe por los que le rodean. Algunos han llamado a esto “ministerio de la misericordia” – pero no hay nada teológicamente débil aquí. Citando a Francisco de Asís (“predique el evangelio y si es necesario, utilice las palabras”) en realidad no funciona porque el Evangelio es un anuncio. Al mismo tiempo, Tony también se mantiene alejado de la lógica que dice que “la acción social es una pendiente resbaladiza hacia el liberalismo” (32). Los cristianos comunes amarán a su prójimo por medio de actos de bondad y misericordia al compartir las buenas nuevas de Jesús.
Ser Hospitalario
¿Cuántas veces has escuchado a la gente preguntar cómo pueden involucrarse en su iglesia? ¿Deberían unirse a un comité, inscribirse para un viaje de misión, o entrenar a un equipo de baloncesto de menores? Puede ser. O ellos simplemente pueden “comer con mucha gente esta semana” (52). “En otras palabras, la misión no es siempre sorprendente. Podría verse como una barbacoa, o un partido de baloncesto de barrio, o ir de compras con el prójimo” (53). Los cristianos comunes se hacen amigos de la gente y son como Jesús, “amigo [s] de los pecadores” (Mateo 11:19). A medida que abrimos nuestros corazones y nuestras puertas mostramos hospitalidad en el cuidado de los hijos, ministrando a los veteranos, o traer a una persona sin hogar a la casa para la cena. En resumen, “La hospitalidad es lo que extendemos a los extranjeros, extraños y aquellos en necesidad física y espiritual” (41).
El cuidado de las personas vulnerables
Nuestro Padre cuida de las personas vulnerables. Él se preocupa por el huérfano y la viuda porque Él cuida de todo el mundo hecho a su imagen. Y al cuidar a cualquier portador de Su imagen es honrar al Hacedor de esa imagen. Esto es especialmente importante, ya que Dios es el Padre de los huérfanos. El cuidado de huérfanos no es un fenómeno del siglo XXI. Es una vieja idea con raíces antiguas (por ejemplo, Job 24: 9; 29:12; Proverbios 23:10; Isaías 10: 1-2; Santiago 1:27). El cristianismo común implica de alguna manera hacer algo frente a la crisis de los huérfanos en nuestro mundo caído.
Dar voz a los sin voz
Tony, su esposa y su equipo hacen un llamado a “una defensa valiente” (capítulo 4). La convocatoria es penetrante. Piden al lector imaginar “no tener una voz. Imaginar no tener un abogado. Imaginar no tener ninguna aplicación de la ley a su disposición. Sin protección. Sin seguridad” (88). Estas preguntas afectan si el lector persiste en ellas. Hay una tremenda necesidad de que los cristianos comunes usen su influencia dada por Dios para hablar en nombre de los sin voz.
La vida ordinaria frente a mí (y usted)
Este libro debe hacer que usted piense de manera diferente acerca de cómo los cristianos pueden poner el mundo al revés. Usted no tiene que ir a la selva para vivir radicalmente para Jesús. Eso podría ser lo que Jesús le llama a hacer con su vida. O, Jesús podría simplemente llamarlo a invitar a la madre soltera a la iglesia para cenar. Usted puede ser llamado a adoptar a un niño o hablar en contra de tráfico sexual en la próxima reunión de un grupo pequeño.
Vivir radicalmente para Jesús podría no ‘parecer’ tan radical después de todo.
En otras palabras, vivir radicalmente para Jesús no podría ser radical del todo. Y es posible que usted nunca sea reconocido por su vida cristiana común. Pero eso está bien. La vida cristiana común es acerca de la fama del nombre de Dios, no el suyo.
Fuente: http://www.desiringgod.org/blog/posts/the-glorious-radical-ordinary-christian-life
Traducido para Evangelio Verdadero por Felipe Amézquita