Por: Juan Manuel Vaz Salvador
El noviazgo ha sido un tema controversial durante mucho tiempo puesto que no aparece registrado en la Biblia, es por ello que no podemos hablar propiamente de un ‘noviazgo bíblico’ debido a que no encontramos una definición en las Escrituras de éste. Sin embargo, lo que sí podemos intentar es, como cualquier otra área de nuestra vida, vivir ese noviazgo para la gloria de Dios.
¿Qué es realmente el noviazgo? Puesto que la Biblia no lo menciona, ¿podemos vivirlo de la forma que queramos?
Es cierto que no encontramos la palabra ‘noviazgo’ en toda la Biblia, pero de lo que sí hablan las Escrituras es de compromisos pre-nupciales y post-nupciales. Un buen ejemplo de ello es la relación que vemos entre José y María. Ellos estaban comprometidos y no se conocían sexualmente (Mateo 1:18; Lucas 1:27). Existía un compromiso serio entre ellos, que, en esa época, eran probablemente jóvenes o adolescentes. Los matrimonios se llevaban a cabo a temprana edad, algo muy distinto a nuestra época presente.
Es por ello que consideramos el noviazgo, desde un punto de vista cristiano, como ese tiempo de compromiso pero separación entre ambas personas que planean casarse y se están preparando para ello.
Los verdaderos creyentes no tienen relaciones de noviazgo por probar, por conocerse, para ver si funciona, etc. Los cristianos empiezan relaciones de noviazgo porque ya se conocen bien y han decidido empezar un tiempo este breve recorrido hacia el matrimonio. Es por ello que para mí, el tiempo de noviazgo es el tiempo que debe durar el compromiso antes del matrimonio, y que dicho noviazgo se inicia con una pedida de mano por parte del futuro cónyuge.
Todas las relaciones sentimentales que se inician en la Biblia tienen como destino el matrimonio. Lamentablemente, fruto de la influencia del mundo y la cultura, muchas iglesias ven cómo sus jóvenes van experimentando varias relaciones, probando con varias personas, o viviendo eternos noviazgos, y, como consecuencia, el aumento de la fornicación está cada vez más presente en las iglesias locales.
¿Con qué persona puedo establecer una relación de noviazgo?
Tal y como vemos en la creación, Dios sabía que no era bueno que el hombre estuviera solo (Génesis 2:18). Dios nos creó como seres relacionales, pero dicha creación ya muestra la base de la relación la cual se lleva a cabo entre un hombre y una mujer. Adán y Eva tenían una comunión plena con Dios, una relación perfecta y agradable. Sin embargo, la entrada del pecado hizo que el hombre diera la espalda a Dios y que su relación entre sí se viera afectada en gran manera.
Ese hecho provocó que a lo largo de la historia existiera una gran parte de la humanidad que ignoraba a Dios o adoraba a otros dioses, pero siempre quedaba un remanente que seguía buscando al Señor, un pueblo separado. Es por ello que el Señor dejó una advertencia muy clara en cuanto a las relaciones: no podían mezclarse con personas incrédulas o que adoraban a falsos dioses.
Es decir, a la hora de escoger la personas con quien establecer esa relación debe cumplir esos dos requisitos al menos si quieres llevar ese noviazgo para la gloria de Dios:
En primer lugar, ser alguien del sexo contrario, y en segundo lugar, ser otro creyente en Cristo, no alguien que vaya a la iglesia, sino alguien que ha sido verdaderamente crucificado con Cristo.
Empezar una relación con un incrédulo o un no cristiano es, al igual que hacerlo con alguien del mismo sexo, un acto de desobediencia a Dios que hará que esa relación no sea bendecida ni aprobada por el Señor en ninguna instancia.
¿Qué debo considerar para finalizar?
Con las consideraciones básicas que he mencionado dejaré una serie de puntos para tener una idea clara y resumida en cuanto al noviazgo.
- Solo debe iniciarse pensando en matrimonio desde el primer día.
- Debe ser con alguien del sexo opuesto y un/a verdadero/a creyente.
- La brevedad facilitará el no caer en diversos pecados que pueden envolverse en dicha relación.
- Es necesaria la guía y aprobación de la familia (debemos honrar a nuestros padres en el Señor).
- Es recomendable llevarlo a cabo con la guía y tutela de los pastores y hermanos maduros en la fe.
- El contacto físico debe ser extremadamente limitado. La fornicación no está marcada por el acto sexual únicamente: besos y caricias fuera del matrimonio eran considerados inmorales tradicionalmente, y tan solo nuestra generación perversa, inmoral y lasciva los ha vuelto como cosas sin importancia.
- Los tiempos a solas son peligrosos y provocarán tentaciones innecesarias.
- La manera de llevar tu relación dirá mucho de tu vida espiritual, es decir, mostrará mucho si andas en la carne o en el Espíritu.
- Hazlo todo para la gloria de Dios.