“130 La exposición de tus palabras alumbra; Hace entender a los simples.” Salmo 119.130, RVR60
05 Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.” Salmo 119.105, RVR60
“89 Para siempre, oh Jehová, Permanece tu palabra en los cielos.” Salmo 119.89, RVR60
Tomando como base el versículo 130 del Salmo 119, una exposición es un acto de convocatoria, generalmente público, que se utiliza para exhibir o dar a conocer algo.
El Señor dejó las Escrituras disponibles para todos.
En primer lugar vemos que cuando La Palabra es expuesta o dada a conocer al conocimiento público trae consigo dos beneficios:
- Alumbra
- Hace entender
1. Alumbra
Dios, quién es el artífice de La Palabra, la habló por medio del Espíritu Santo para que un mundo sumergido en tinieblas vea la Luz.
El pecado únicamente trae consigo caos, desorden, tinieblas y muerte para el pecador (“9 El guarda los pies de sus santos, Mas los impíos perecen en tinieblas; Porque nadie será fuerte por su propia fuerza.” 1º Samuel 2.9, RVR60)
El problema no es morir, todos moriremos, el problema es morir en tinieblas como pecadores sin arrepentimiento.
Mientras haya un mundo en caos, iniquidad, anarquía (el hombre se gobierna así mismo y hace lo que quiere) siempre habrá necesidad de la Luz del Evangelio.
Mientras el hombre viva siempre tendrá la necesidad de ser alumbrado por La Palabra. La Palabra es la lámpara que alumbra nuestro peregrinaje por esta tierra.
Mientras tengamos esa Luz no nos extraviaremos, pero el hombre insensato que descuida la lámpara:
- se pierde,
- se extravía,
- pierde el rumbo de su vida,
- se convierte en errante, sin destino fijo mientras vive, pero con un destino fatal después de la muerte (el infierno)
El hombre que camina sin luz no ve las señales en el camino, mientras está vivo solo improvisa, cree que sus decisiones son las correctas pero está equivocado, ninguna decisión tomada en las tinieblas puede ser acertada.
Pero aquel hombre que ha sido iluminado por La Gloriosa Palabra puede ver como esa Luz traspasa todo su interior y ve el pecado que impera en todo su ser y entonces reconoce que el pecado que ha estado practicando ha manchado y contaminado su alma, a tal punto de convertirse en una aberración para un Dios que es Justo y Santo.
- Todo hombre que desprecia La Palabra desprecia la Biblia.
- Todo hombre que desprecia la Biblia es un hombre ciego porque no puede ver en un mundo donde las tinieblas del pecado son densas.
- Todo hombre que desprecia la Biblia desprecia a Cristo.
Puede haber millones de libros pero la Biblia es el Libro de libros.
Puede haber muchos autores y escritores pero Cristo es el Autor de autores.
Ningún libro existiría si Dios no hubiese otorgado el talento de escribir.
“19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.” Juan 3.19, RVR60
La Luz viajó de la Gloria a un mundo decadente y oscuro habitado por hombres perversos que escogieron las tinieblas antes que la luz por su mala forma de vivir.
“20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.” Juan 3.20, RVR60
El malvado o pecador no quiere acercarse a la Luz porque no quiere ser reprendido por eso se acobarda y huye.
Es por eso que muchas personas rechazan la predicación, no quieren que sus obras sean expuestas por la Luz del Evangelio porque sus obras son malas.
La Luz del mundo fue levantada en una Cruz para que todo aquel que la vea y se acerque:
- reconozca sus transgresiones,
- reconozca que ha sido un criminal que merece ser juzgado por su pecado y proceda al arrepentimiento y obtenga perdón mediante la Luz de la Gracia que es Cristo el Señor.
“21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.” Juan 3.21, RVR60
Esta es la convocatoria, que a todos sea expuesta La Palabra para que sean alumbrados. La práctica de la verdad empieza con acercarse a la luz.
2. Hace Entender
La luz de La Palabra jamás se apagará porque es Eterna.
Tan maravillosa es La Palabra que hace entender a aquel que se acerca a su luz. El que sale huyendo jamás entenderá.
Pero no todos entienden, solo los simples.
El simple es como la palomilla atraída por la luz, el malvado es como el murciélago que huye de la luz porque ama la oscuridad.
Sólo los que se acercan a la Luz pueden adquirir el entendimiento y al final solo los sencillos logran entender. No se necesitan hombres con doctorados para entender los asuntos del Reino. No se necesitan científicos ateos para que nos expliquen la Redención porque no la entienden. No se necesitan hombres sofisticados para los asuntos del Reino. No se necesitan reyes poderosos que puedan comprar el entendimiento de La Palabra. Al rico sus riquezas le complican entender el mensaje porque acercarse a la luz implica dejar todo por Cristo. Los sabios se pierden en su conocimiento. Un científico, un doctor, un magistrado, un gobernante, un poderoso, un rey podrá entender La Palabra cuando se rebaje a la simpleza. Solo el simple entiende porque al Señor le encanta la simpleza. El simple entiende que sólo es un instrumento en las manos de un Dios poderoso.
Solo entienden aquellos que el mundo tiene por escoria. La mayoría de los simples están dentro de los viles y menospreciados.
Al hombre simple que entiende tendrá por recompensa La Vida Eterna.
Acércate a Cristo pecador, deja que Su Luz te alumbre y exponga la maldad que hay en ti y arrepiéntete. Mira hacia el Calvario, en la cruz murió tu Salvador.
Si te haces llamar cristiano debes amar las Escrituras.