Por Daniel Hess
¿Cómo elegimos qué camino tomar?
Tenemos más oportunidades que cualquier generación anterior a la nuestra. La tecnología, la riqueza material y una interconexión global presentan al “Millennial” estadounidense promedio con más potencial de lo que nuestros padres pudieron haber imaginado. En esta reiteración, rutinariamente nos preguntamos, y nos preocupamos, qué rumbo tomarán nuestras vidas.
Para el creyente, se nos dice que debemos confiar en Dios y saber que Su Voluntad es perfecta. Los axiomas del púlpito y los libros más vendidos se hacen eco de los temas que evocan las palabras del Señor a Jeremías: “Porque Yo sé los planes que tengo para ustedes, declara el Señor, planes de bienestar y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza.” Jeremías 29:11 (NBLH)
Dios desea el bien para sus hijos (Romanos 8:28). Este tema se repite a lo largo de su palabra y es verdadero. Pero Pablo tiene más información específica sobre la voluntad de Dios para nuestras vidas. Pablo lo dice en 1 Tesalonicenses 4: 3: “Porque esta es la voluntad de Dios, tu santidad”.
Los planes que tienes para ti
Me incomoda todo lo referente al “evangelio de la prosperidad” pero con demasiada frecuencia vivo como alguien que lo cree. Cuando pienso en los buenos planes de Dios para mí, imagino que me casaré y criaré una familia lo más pronto posible, me convertiré en un gerente de nivel medio a los 30 y me retiraré cómodamente a los 60. En otras palabras, mi forma de ver el plan de Dios para mí se ve extrañamente como el sueño Americano.
Todo esto son buenos privilegios, y no hay nada inmoral en desear una vida cómoda en el contexto correcto. De hecho, debemos orar para que Dios nos bendiga a nosotros y a su pueblo. El problema surge cuando deseamos tales cosas temporales más que la alegría suprema recibida a través de la santificación.
La realidad es que, durante la mayor parte de la historia de la iglesia, y en la mayor parte del mundo de hoy, los cristianos han sido fuertemente oprimidos, marginados y asesinados por sus creencias. Analiza las vidas de los primeros apóstoles; casi todos fueron martirizados. Para la mayoría de los cristianos, buscar la voluntad de Dios parece no ser una prioridad por estar tomando decisiones a la ligera como si se tratara de una carrera, siendo que la prioridad es aprender a vivir para la gloria de Dios cuando, aunque haya mucho que sufrir y cueste hasta lo máximo.
¿Entrenador o Señor?
A menudo queremos que Dios sea nuestro entrenador de la vida y no Nuestro Señor. Queremos que un pastor nos brinde de tres a cinco consejos útiles sobre cómo vivir una vida más fácil, olvidando al mismo tiempo que nuestra misión es exaltar a Dios. En lugar de dejar que Su Gloria moldee nuestros deseos y ambiciones, también a menudo esperamos que él revele sus instrucciones minuto a minuto para nuestras vidas. Esperamos que Él nos dé detalles a todo. Nos ponemos ansiosos por la comodidad personal de conocer nuestro plan de vida a cinco años y nos preparamos a confiar fielmente en Él los próximos cinco años.
Poco a poco, nos olvidamos de que la fe puede parecer desordenada, y que quizás no tengamos nuestro plan de vida revelado de inmediato. A veces, debemos avanzar con confianza e incertidumbre. Olvidamos que, mientras que Dios ha conquistado la muerte a través de su Hijo en la cruz, todavía vivimos en un mundo caído y estamos en medio de una guerra espiritual entre el bien y el mal. Olvidamos que Él es soberano sobre nosotros.
El plan maravilloso de Dios para tu vida
Dios tiene un plan maravilloso para tu vida. Pero para el creyente, ese plan es la salvación de Su ira que justamente merecemos. Y de hecho es un plan maravilloso: mientras merecíamos el castigo eterno, Dios satisfizo ese pago a través de su Hijo. El maravilloso plan de Dios para nuestra vida es que continuamente abandonemos los malos deseos de nuestra carne y nos conformemos más con su imagen.
El plan maravilloso de Dios para nuestra vida es que nos arrepintamos, creamos en Él y luchemos contra el pecado a través de Su poder. El maravilloso plan de Dios para nuestra vida es la mente limpia, la pureza sexual, y que no andemos “como insensatos sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos “ (Efesios 5: 15-16). El plan de Dios es que sea glorificado en nosotros a través de nosotros estando satisfechos en Él.
Como cristianos, sabemos que la verdadera felicidad y la vida verdaderamente maravillosa, proviene de la rendición verdadera.
Libres para creer en Dios
Entonces, ¿cómo sería reconstruir nosotros como creyentes el ver la voluntad de Dios? Su palabra dice que “la piedad, en efecto, es un medio de gran ganancia cuando va acompañada de contentamiento” (1 Timoteo 6: 6), y: “Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33). . ¿Cómo debemos tomar decisiones bajo esta luz? En el aquí y ahora, puede ser difícil descifrar lo que nos dice. En momentos en que Dios parece hablarnos con un leve susurro, debemos darnos cuenta cuál es Su voluntad primaria para nosotros: la santidad.
Esta realización es tremendamente liberadora. En vez de quedar atrapados en la parálisis de la meditación, podemos dar el siguiente paso adelante. Comenzamos a reconocer que lo que hay en esta tierra es efímero. No tenemos que preocuparnos por la indecisión, tratando inútilmente de interpretar la voluntad de Dios como si fuera un rompecabezas complejo. Cuando podemos elegir entre buenas opciones relacionadas con carreras, trabajos, lugares para vivir y cosas por el estilo, podemos decidir con confianza saber que Dios quiere nuestra santidad, independientemente de nuestro contexto.
No sabemos lo que depara el futuro, pero sabemos que él es bueno y traerá lo que comenzó a completar (Filipenses 1: 6). Si buscamos primero la santidad, donde sea que estemos será de alguna importancia, pero en última instancia, sencillo.
Antes de cada gran decisión, ríndete a Dios y busca la santidad. Confía en el Señor y en sus promesas para enderezar tus caminos (Proverbios 3: 5-6).
Usado con permiso de DesiringGod. Puedes encontrar el artículo original en inglés aquí. Traducido por Felipe Amézquita.
Fotografía en Unsplash
esta muy bonito pero en ningun momento mencionas un versiculo q sustente tu escrito .. mas parece basado en tu palabra y no en la de Dios
Hola Yesi, hay varios tipos de escritos, este es uno de opinión pero si te fijas hay versículos que sustentan ideas. Además si leíste todo, es una traducción, el autor original es Americano.