“39 Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;”
Juan 5.39, RVR60
“1 Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios.”
Lucas 5.1, RVR60
La palabra es, en sentido general, la expresión del pensamiento de forma oral o escrita.
Se dicen y se escriben tantas palabras todos los días, muchos pensamientos se expresan en palabras de forma hablada y escrita en televisión, radio, libros, revistas, periódicos, correos, redes sociales, etc.
Pero tenemos una Palabra que es única, singular y universal, la Palabra de Dios.
La Palabra de Dios es la expresión de Su mente y Sus propósitos revelados al hombre.
Las Escrituras.
Dios escogió a hombres para revelarles Su Palabra inspirándolos a través del Espíritu Santo para que sus pensamientos y propósitos quedaran escritos para todas las generaciones de la tierra.
Podemos decir entonces que las Escrituras son La Palabra de Dios.
Las Escrituras son la idea de Dios no de los hombres.
Si Dios es el Autor de las Escrituras, el hombre no tiene absolutamente ningún derecho de alterar, tergiversar o manosear ni si quiera una sola tilde o coma de las Escrituras.
Aunque el hombre consciente o inconscientemente altere la Palabra de Dios hablada y escrita, tendrá que dar cuentas de sus hechos delante del Autor de La Palabra.
Dios reveló Su Palabra a los hombres de tres maneras:
1. Audible (a los patriarcas antes de las Escrituras)
2. Escrita (inspirada por el Espíritu Santo)
3. Encarnada (el Verbo de Dios)
El Eterno, diseñó dejar escrita Su Palabra para dar a conocer:
- Su voluntad
- Sus deseos
- Sus preceptos
- Sus estatutos
- Sus leyes
- Sus propósitos
Conocer La Palabra es conocerlo a Él.
Él habló por medio de los profetas.
Él ha hablado por medio de la Escritura; la Escritura es La Palabra.
Él ha hablado por medio de un Hijo: Cristo es La Palabra.
El evangelio, la Escritura, y la predicación de Cristo son Su Palabra.
En cada caso La Palabra es activa, salvando y juzgando.
La Palabra de Dios es:
1. Recta.
“4 Porque recta es la palabra de Jehová, Y toda su obra es hecha con fidelidad.”
Salmo 33.4, RVR60
2. Limpia.
“6 Las palabras de Jehová son palabras limpias, Como plata refinada en horno de tierra, Purificada siete veces.”
Salmo 12.6, RVR60
3. Acrisolada.
“30 En cuanto a Dios, perfecto es su camino, Y acrisolada la palabra de Jehová; Escudo es a todos los que en él esperan.”
Salmo 18.30, RVR60
4. Santa.
“42 Porque se acordó de su santa palabra Dada a Abraham su siervo.”
Salmo 105.42, RVR60
La Palabra de Dios tiene cuatro poderes:
1. Poder creador.
“6 Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca.”
Salmo 33.6, RVR60
2. Poder preservador.
“15 Él envía su palabra a la tierra; Velozmente corre su palabra. 16 Da la nieve como lana, Y derrama la escarcha como ceniza. 17 Echa su hielo como pedazos; Ante su frío, ¿quién resistirá? 18 Enviará su palabra, y los derretirá; Soplará su viento, y fluirán las aguas.”
Salmo 147.15–18, RVR60
3. Poder regenerador.
“4 Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová.5 Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis.6 Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová. 7 Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. 8 Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu. 9 Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. 10 Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.”
Ezequiel 37.4–10, RVR60
4. Poder salvador.
“1 El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;”
Isaías 61.1, RVR60
Es por la palabra de Su poder que Cristo creó todas las cosas (He. 11:3; 2 P. 3:5), y es mediante esta misma palabra que las sustenta (He. 1:3).
Es una palabra viva y eficaz (He. 4:12) y que permanece para siempre (1 P. 1:25).
Honrar al Autor de La Palabra
Al ser la perfecta revelación de Dios, la Biblia refleja el glorioso carácter de su Autor.
- Debido a que Él es Dios de la verdad, su Palabra es infalible.
- Debido a que Él no puede mentir, su Palabra es inerrante.
- Debido a que Él es Rey de reyes, su Palabra es absoluta y suprema.
Los que desean agradarlo deben obedecer su Palabra.
Los que dejan de darle honor a las Escrituras sobre cualquier otra cosa que reclame ser verdad, deshonran a Dios mismo.
El descuido de la Iglesia
Existe un gran descuido de la lectura y aplicación de La Palabra.
Por eso hay hogares tan disfuncionales dentro de las iglesias y en el mundo.
“La Biblia se lee para ser transformado, no para ser informado.”
Escudriñar significa examinar, indagar y averiguar algo con cuidado y atención.
Si La Palabra nos interesa, entonces vamos a examinarla, vamos a averiguar más sobre lo que escuchamos o leemos.
Se toman la predicación tan a la ligera que pareciera que sólo es parte de una agenda que se debe cumplir el domingo o el jueves, como un entretenimiento nada más, solo para cubrir un espacio.
Ustedes le han dicho amén a cosas erróneas que he predicado y les pido perdón por eso pero también ustedes son culpables porque no escudriñan la Palabra y vienen a este lugar y escuchan y se confían de lo que un hombre predica.
Ustedes no confíen en mí, confíen en que lo que predico esté acorde a lo que establecen las Escrituras.
Aquí venimos a aprender más de lo que ya deberíamos haber estudiado, o a escuchar algo que posteriormente vamos a estudiar y corroborar.
En cierta ocasión dije que una de las fases de Dios es cuando muestra su ira, pero fue una frase totalmente incorrecta puesto que Dios no tiene fases, porque Él no evoluciona, Él no cambia por lo tanto no hay fases en Él.
Nadie se acercó a decirme que yo estaba equivocado.
¿Por qué?
¿No le interesa lo que predico?
¿Creyeron lo que dije aunque fue un error?
¿No le interesa la predicación?
¿No les interesa la Palabra de Dios?
¿Por qué usted pastor se atreve a decir esas cosas?
Me atrevo porque ustedes mismos me han dado el valor para hacerlo por su conducta.
Ver tantos matrimonios supuestamente cristianos que viven como impíos, como incircuncisos, como que sí nunca hubieran recibido una Palabra de Dios.
Sería yo tan insensato al ver que están golpeando a alguien y yo pudiendo hacer algo no hacer nada. Eso sería muy egoísta de mi parte.
No me puedo dar el lujo de dejar de predicar una Palabra que corrige cuando Dios mismo me lo demanda.
¿Pastor por qué usted siempre nos ataca, pareciera que nos está juzgando?
Esa percepción que tienen cuando son corregidos es el indicio de la enfermedad de sus almas, es la prueba de un alma tan miserable que no ha aprovechado los manjares que se han servido a la mesa cuando vienen a la Casa de Dios, los manjares de la Exquisita Palabra de Dios.
Es inconcebible que alguien que venga tan hambriento a la Casa de Dios rechace los manjares que se sirven.
¿Quién con tanta hambre puede por orgullo despreciar un banquete?
Es tan sorprendente que haya muchos así en la Casa de Dios.
Los porcentajes de retención de La Palabra son los siguientes:
De lo que se escucha se retiene un 20%.
Esto poniendo atención al mensaje completo.
De lo que se ve se retiene un 40%.
Si leyeran las Escrituras y se tomaran notas de los mensajes.
De lo que se dice se retiene un 50%.
Si lo que se lee y escucha se repitiera.
De lo que se hace se retiene un 60%.
Si lo que se lee, escucha y repite se hiciera.
Estadísticas sobre la lectura de la Biblia:
El 20% afirma “todos los días”.
El 26% sostiene que algunas veces a la semana.
El 14% “una vez a la semana”.
El 22% “una vez al mes” o “algunas veces al mes”.
El 18% indica que lo hace “raramente o nunca”.
Por eso existen muchas personas sin transformación en las iglesias.
Hay analfabetismo en la iglesia.
Por eso el Apóstol Pedro dice que los indoctos tuercen las Escrituras.
- Leen más el periódico, revistas, páginas web, correos o chats que la Biblia.
- Escuchan más otras cosas que lo que da gloria a Dios.
- Hablan más unos de otros, repiten más cosas vanas que lo que en realidad tiene valor, La Palabra.
- Hacen más cosas mundanas que aplicar La Palabra en su diario vivir.
Esa es la razón por la que existen hombres y mujeres no regenerados, no nacidos de nuevo.
Si La Palabra es la expresión de la mente de Dios y sus propósitos entonces los que descuidan las Escrituras prácticamente están diciendo:
“Señor, no me interesa lo que piensas y lo que haces”
¿Cuándo será el día que vamos a tomar muy en serio la Palabra de Dios?
- Algunos ni traen Biblia y sí tienen en su casa.
- Algunos la traen únicamente de adorno.
- Algunos al regresar a casa la tiran como que fuera cualquier libro de la escuela o el colegio.
Como dijo un predicador:
“Usted debe entender su Biblia porque con ella debajo de su brazo podría descarriarse”
¿Saben qué opinan algunos sobre estos mensajes?
¡Qué palabra tan dura!
¡Sólo a que me regañaran vine!
Algunos que opinan así piensan lo mismo de la predicación de Juan el Bautista.
Creen que a Juan el Bautista se le pasó la mano con su predicación y ese es el problema de la iglesia moderna.
Ya no quieren más mensajes confrontativos, no quieren ser incomodados por medio de un mensaje. Se sienten juzgados y regañados.
El mensaje del Evangelio debe ser radical, para que de forma radical sea arrancado el pecado que está en los corazones de los hombres.
Sí tan sólo te dieras cuenta que si no rechazas las Escrituras, no rechazas a Dios ni a Su Hijo.
Sí hoy le pusieras atención a Su Palabra, Él puede hacerte libre con Su Verdad.
El Verbo de Dios
El Señor diseñó de ante mano otra forma de revelar su Palabra a los hombres.
Dios quiso revelar Su Palabra en forma humana por medio de Su Hijo.
Jesús, el Verbo de Dios, La Palabra Viva.
“1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.”
Juan 1.1, RVR60
La palabra de Cristo es
- de exhortación (He. 13:22).
- de verdad (Ef. 1:3; Stg. 1:18),
- de vida (Fil. 2:16),
- de reconciliación (2 Co. 5:19),
- de la fe (1 Ti. 4:6),
- de justicia (He. 5:13),
- de la cruz (1 Co. 1:18),
- de salvación (Hch. 13:26)
En las Escrituras el Señor nos ha dejado un regalo, la Vida Eterna.
En las Escrituras encontramos a nuestro Salvador, ellas dan testimonio de Jesucristo.
Amemos las Escrituras, amemos La Palabra, La Palabra es Cristo.