Por Emmanuel Alfonzo
Año nuevo, metas nuevas. Muchas, probablemente, ya nos las hemos propuesto en años pasados, pero hemos encontrado una buena razón para no cumplirlas. Pero no siempre ésta ruptura es abrupta, comienza muchas veces con una vez que aplazamos lo que sabemos que debemos hacer. ¿Por qué nos la pasamos aplazando lo que debemos -y a veces hasta queremos- hacer?
¿Por qué la procrastinación es un problema tan común?
Procrastinación es un término que designa un problema relacionado con la intención de realizar una tarea y una frecuente falta de diligencia ya sea para empezarla, desarrollarla o finalizarla.
No es sólo un problema común, sino muy serio. Según el psicólogo Tim Pychlyl, de la Universidad de Carleton en Canadá, quien es parte de un grupo de investigación sobre la procrastinación, asegura que “en la actualidad es el problema más grave en la educación”. Yo creo que, de hecho, no solo afecta en el área de la educación académica sino en todas las aéreas de la vida y; no sé en qué grado en el resto de Latinoamérica, pero sí he podido ver como en México, mi país, es un problema sumamente común.
Para Pychyl, procrastinación es tomar la decisión de no hacer algo a pesar de que sabes que a largo plazo será peor.
Aclara que no es lo mismo que atrasar intencionalmente algo, y que no es un asunto de manejo de tiempo, sino una incapacidad de controlar nuestras emociones e impulsos.
“Cuando procrastinamos, estamos tratando de mejorar nuestro estado de ánimo evitando hacer algo que nos parece desagradable”, señala.
“Es parecido a emborracharse o comer para consolarse: es una estrategia que nos hace sentir mejor al distraernos con un placer de corto plazo y olvidándonos del problema”.
Mañana lo hago
Desde metas sencillas como hacer ejercicio o leer un libro, pasando por deberes como hacer un trabajo escolar, cumplir con alguna asignatura o algún compromiso adquirido, hasta obligaciones como trabajar, educar a los hijos, etc. se ven afectados cuando procrastinamos.
Peor aún, nuestra relación con Dios se ve afectada. Cuántas veces hemos postergado o cambiado nuestra lectura devocional de la Biblia, la oración, el estudio o discipulado con otros hermanos, congregarnos como miembros del cuerpo de Cristo, etc. por cualquier otra cosa que es “más gratificante” para nosotros.
Y más en la era de la auto gratificación y el entretenimiento en la que vivimos que, con la internet, ha sido potencializada enormemente. Ahora, con sólo un clic, puedes reemplazar tu tiempo de lectura de la Palabra o de oración con un video de un gato estornudando o con la noticia de un nuevo virus en China.
“Uno de los grandes usos del Facebook y Twitter será demostrar, en el último día, que la falta de oración no fue por falta de tiempo” – John Piper…
Y yo agregaría a la lista también a Instagram, Netflix, Minecraft, Fortnite, etc.
He visto y oído a cientos de cristianos quejarse (incluido yo), por ejemplo de su situación económica actual, de las condiciones de su matrimonio, de sus condiciones de su salud, de no “haber logrado nada en la vida” (y culpar al gobierno o a cualquier otro agente externo), envidiar lo que otros han logrado u obtenido, etc. Pero si somos muy honestos, muchas de estas circunstancias han sido consecuencia de las decisiones que en su momento tomamos y de las acciones que hicimos, pero también de todo lo que NO hicimos en su momento.
Proverbios 13:4 La Biblia de las Américas (LBLA) dice: El alma del perezoso desea, pero nada consigue, mas el alma de los diligentes queda satisfecha.
Pero hay esperanzas para los que dejamos todo para mañana.
¿Qué podemos hacer?
Dejar algo para después afecta sin duda el desempeño y el resultado en cualquier cosa que queramos lograr u obtener; trae consecuencias que se notan y afectan nuestras vidas afectando incluso la salud mental y física y no se diga en el área espiritual, que es de hecho el área que, desde mi punto de vista, es la más importante.
La biblia nos llama: Marcos 12:30 Reina-Valera 1960 (RVR1960) dice: Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.
Claramente no podemos buscar a Dios de ésta manera y mantener una actitud de procrastinación.
No obstante, si comenzamos por buscar diligentemente al Señor como Él lo demanda de nosotros en Su Palabra, indefectiblemente todas las demás áreas de nuestra vida se irán acomodando en el lugar de prioridad que les corresponde y nuestra actitud hacia ellas se verá afectada positivamente. De aquí parte todo.
1) Considera y medita acerca de lo que la Palabra de Dios dice al respecto y pídele al Espíritu santo que Su Palabra gobierne sobre tus pensamientos negativos.
Proverbios 6:6-11 La Biblia de las Américas (LBLA): Ve, mira la hormiga, perezoso, observa sus caminos, y sé sabio. La cual sin tener jefe, ni oficial ni señor, prepara en el verano su alimento, y recoge en la cosecha su sustento.¿Hasta cuándo, perezoso, estarás acostado? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño? Un poco de dormir, un poco de dormitar, un poco de cruzar las manos para descansar, y vendrá como vagabundo[a] tu pobreza, y tu necesidad como un hombre armado.
2) Divide tus tareas u objetivos en pasos claros y manejables.
Una de las razones por las que aplazamos lo que debemos hacer es que las metas que nos proponemos a menudo son muy grandes y vagas, lo que las hace intimidantes y desagradables.
Proverbios 10:4-5 La Biblia de las Américas (LBLA): Pobre es el que trabaja con mano[a] negligente, mas la mano de los diligentes enriquece. Él que recoge en el verano es hijo sabio, el que duerme durante la siega es hijo que avergüenza.
3) Busca apoyos externos que te impulsen.
Busca asesoría profesional. Usa la tecnología para programar una agenda, recordatorios, registro de avances, etc. Busca a un hermano en Cristo, un líder o un grupo de tu iglesia con el cual comprometerte y rendir cuentas, etc.
4) Apóyate en las buenas costumbres con las que ya cuentas.
Pychyl dice que él logró finalmente obedecer las órdenes de su dentista de limpiarse los dientes con hilo dental al combinarla con el hábito de cepillarse los dientes. Se comprometió a poner el hilo dental en frente cada vez que se cepillaba los dientes y en poco tiempo empezó a usarla sin siquiera pensarlo.
5) Entiende por qué importa lo que vas a hacer.
Pychyl dice que la procrastinación a menudo refleja un problema existencial más profundo de falta de identidad o dirección en la vida. Procrastinamos cuando la tarea nos parece aburridora o menos significativa, así que no olvides la razón por la que estás haciendo algo y cómo encaja con tus propósitos.
Es tan sencillo como recordar que el ejercicio físico que hago hoy, se verá reflejado en una mejor salud más adelante, el trabajo diligente que realizo hoy, producirá mejores dividendos más adelante.
Pero más importante aún; que cada momento que inviertes en la búsqueda de Dios en Su Palabra, meditando en ella, en oración, en comunión con otros hermanos, etc. estas creciendo en el conocimiento de y desarrollando una comunión con Dios mismo, descubriendo Su voluntad para tu vida y las recompensas que Él nos ofrece para la vida eterna y para ésta vida también y eso sin duda le da significado a todo aquello que hacemos en ésta vida y le da un sentido y una trascendencia que nunca podrían tener por sí mismas.
Efesios 5 La Biblia de las Américas (LBLA): Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados; y andad en amor, así como también Cristo os amó y se dio a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, como fragante aroma. Por tanto, tened cuidado[g] cómo andáis; no como insensatos, sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Así pues, no seáis necios, sino entended cuál es la voluntad del Señor.
Pensando de esa manera, el beneficio a largo plazo de hacer el trabajo puede reducir el placer a corto plazo de distraerse en todo aquello que, como dijo el predicador: “es sólo vanidad”.