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Por Eunice Arguelles. En la voz de Jorge Meléndez
“Pero el fruto del Espíritu es… fe.” – Gal. 5:23
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” -Hebreos 11:1
Hemos escuchado hablar mucho de ella, sabemos que es importante y aun así, podemos no saber con certeza lo que la fe es y qué papel significativo tiene en nuestra vida espiritual, ya que sin ésta no hay vida espiritual y en consecuencia no puede haber un fruto espiritual.
Recuerdo que al principio cuando recién tuve un encuentro con Dios, fue como si hubiera recibido unos nuevos ojos al mundo, tenía las mismas circunstancias a mí al rededor, pero nada era igual, hasta respiraba diferente. Conforme fui leyendo la palabra de Dios y el Espíritu Santo me dio el entendimiento para comprender que lo que leía estaba dirigido a mí, mi vida fue diferente. Por ejemplo, cuando leí Isaías 43:2 que dice “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.”; creí que Dios me lo decía a mí, ¡porque así era!, por lo que empecé a tomar diferentes decisiones en mi vida; el temor se fue, la tristeza se fue, la inseguridad se fue, la soledad se fue; y todo eso fue sustituido por Su amor, gozo y paz. Todo empezó por la fe, de no haber creído a Su palabra, no habría experimentado sanidad o cuando detuvo una tormenta justo antes de un evento evangelístico o en una ocasión una balacera para que pudiéramos hacer una actividad juvenil.
La fe es…
Seguridad en algo invisible.
Como vemos en Hebreos 11:1, es por medio de la fe que podemos ir más allá de lo que vemos, oímos o sentimos; nos permite adentrarnos en el mundo espiritual; acercar el reino de Dios a la tierra. La fe nos es dada para que podamos acercarnos a Él, como dice Hebreros 11:6 “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”; es imposible acercarnos a Dios sin fe, dado que a Dios no lo podemos percibir con nuestros sentidos naturales, necesitamos un medio espiritual para comunicarnos con Él y experimentar su presencia y poder. Por medio de la fe sabemos que Dios es y lo podemos conocer.
Un don de Dios.
Todos los seres humanos tenemos una medida de fe que Dios nos da como regalo, sin merecerlo, sin pedirlo (Romanos 12:3c).
Ilimitada.
Como sabemos es un regalo de Dios y todos tenemos cierta medida de fe, sin embargo, a partir de ahí depende de nosotros si ejercitamos nuestra fe, ésta crecerá.
La fe como virtud del fruto del Espíritu…
En Gálatas 5:16- 26, podemos observar la lucha entre el Espíritu y la carne, ya que se oponen entre sí. La carne siempre nos va a llevar a satisfacer nuestros deseos vanos y temporales, mientras que el Espíritu nos llevará a Dios.
La carne nos llevará a dudar. La incredulidad es el peor pecado, ya que de éste se derivan los demás. Una vez que empezamos de dudar de la veracidad de la palabra de Dios, empezamos a dudar de todo lo demás concerniente al Reino de los cielos.
Si aplicamos esta premisa a la fe, nos podemos dar cuenta que es el Espíritu Santo el que nos permite conocer a Dios y darnos cuenta que la Palabra de Dios es la verdad y esto lo podemos encontrar en Juan 16:13. Cuando encontramos la verdad nuestra fe aumenta, al conocer los testimonios de su poder, las promesas de amor, las profecías cumplidas y el más grande acto de amor de la historia; la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo. Si leemos la Biblia sin fe, no es más que otro libro que se suma al intelecto, palabras sin trascendencia; por otro lado, si la leemos con fe y con el Espíritu Santo como nuestro guía, las palabras cobrarán vida y así podremos conocer a Dios como si estuviera junto a nosotros en la misma habitación.
Siguiendo la parábola de Lucas 17:6, en donde habla la fe como un grano de mostaza, (el cual es de las semillas más pequeñas que existen) podremos decir a un árbol que se mueva de lugar y éste se moverá. Todos nosotros tenemos este granito de mostaza cuando nos acercamos a Dios, conforme vamos creyendo en Él y en Su Palabra, nuestra fe va aumentando, va echando raíces, van creciendo arbustos, hasta que se hace un gran árbol y damos fruto; naturalmente y sin esfuerzo (Salmos 1:3). Entre más tiempo pasamos con alguien, fácilmente nos podemos dar cuenta si es digno de confianza, si cumple lo que dice, si es congruente con sus palabras y en base a eso depositamos nuestras esperanzas en esa persona; así mismo es con Dios. Entre más tiempo pasemos con Él, fácilmente le seremos fieles y confiaremos sin dudar en Él. De esta forma el Espíritu Santo tiene libertad de obrar en nosotros y somos transformados en Su presencia a causa de su poder y amor.
¿Tenemos la fe suficiente para que Dios nos muestre su gloria y pueda ver en nosotros su fruto hasta ver su obra cumplida?
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Asi es el obrar de Dios conforme a Su Palabra; gracias por compartinos esos manjares y me es de sumo gozo percibir que en tus expresiones reflejas todo ese tiempo de comunión personal con Dios, de revelación, de búsqueda espiritual y de servicio a Dios en los que has estado invirtiendo tu juventud y tu vida ¡Bendiciones!
En la sección donde habla que la fe es un don de Dios, el versiculo correcto es Romanos 12:3; alli ustedes han puesto Hebreos 12:3. ¡Saludos!
Gracias por la corrección, bendiciones.
Bendiciones muchas gracias por compartir estos estudios son de mucha bendicion saludos desde Oregón USA.