Salvo sin merecerlo. Fundador del Ministerio Evangelio Verdadero.
Hemos escuchado hablar mucho de ella, sabemos que es importante y aun así, podemos no saber con certeza lo que la fe es y qué papel significativo tiene en nuestra vida espiritual, ya que sin ésta no hay vida espiritual y en consecuencia no puede haber un fruto espiritual.
El asesinato en masa es la razón por la cual Jesús vino al mundo de la manera en que lo hizo. ¿Qué tipo de Salvador necesitamos cuando nuestros corazones son destrozados por una pérdida brutal? Necesitamos un Salvador sufriente. Necesitamos un Salvador que haya probado la copa del horror que nos obligan a beber.
La gracia de Dios nos hace miembros de la mejor familia sobre toda la tierra. Es una familia que no está ligada necesariamente por un par de apellidos, sino que está unida entre sí por la sangre derramada en el Calvario.
La mayoría de los padres que educan en el hogar lo hacen por convicción religiosa. Esto es muy importante. Dios, por medio del Espíritu Santo, está obrando en familia tras familia, convenciendo a los padres de su responsabilidad de educar a sus hijos en los caminos de Dios. Está obrando un despertar espiritual en las vidas, corazones y almas de padres y madres, de hijos e hijas a lo largo del país y en todo el mundo.
Tener bondad es ser generoso y amable como Jesús. Él practicaba las excelencias espirituales de modo perfecto. Nosotros, en la fe, podemos participar de esa virtud cada día cuando asistimos a los nuestros con el cariño regenerado y también cuando abrazamos amorosamente al prójimo en la calle, en la escuela o en el trabajo con nuestro calor humano impregnado del divino amor del Padre.
La meta del Espíritu de Dios es que nos parezcamos más a Cristo; es guiarnos a toda verdad y a vivir vidas santas, que representen bien el carácter de Jesús. Y uno de los efectos que el Espíritu produce en nosotros es el de la benignidad.
Dios va desarrollando en nosotros paciencia para otros mientras más nos dejamos guiar por Él. Su poder y bondad para nuestras propias vidas son necesarias para que, así como las otras virtudes del fruto del Espíritu, la paciencia cada día sea más visible en nuestras vidas.
La palabra paz viene del hebreo shalom, que se convirtió en un saludo para los discípulos después de la resurrección de Jesús haciendo alusión a esta promesa de parte del Maestro, y que asegura particularmente la calma en tiempos difíciles. Paz que desconocen aquellos que aún no son salvos.
No he conocido a nadie que no se empeñe en vivir confiada y alegremente. Todo lo que hacemos esperamos que nos brinde un mayor nivel de alegría; pero ¿qué tal si te dijera que esa alegría está disponible para ti, y no por algo que tú tengas que hacer sino por algo que alguien ya hizo por ti?
La primera virtud del fruto del Espíritu, que algunos consideran la fuente de la cual brotan las demás, es el amor, pero no la clase de amor que el mundo propone.
Recientemente he observado un fenómeno a lo largo de las ciudades que visito para compartir la Palabra, tiene que ver con una constante modificación de lo que es el evangelismo.
En esta serie estaremos abordando, aunque no de manera exhaustiva, cada una de las nueve virtudes o expresiones del fruto del Espíritu Santo como evidencia de la transformación de la vida de un creyente.